Por María Juliana Soto
Seguramente ya lo han escuchado, pero siempre es un orgullo contarlo: Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo. En el 2017, el GBIF (Global Biodiversity Information Facility) registró 62.829 especies en nuestro país. ¿Se imaginan la cantidad de información que se puede recopilar de esa gran cantidad de animales, plantas, algas, hongos y líquenes? Esa es una de las tareas del SiB Colombia, el Sistema de Información sobre Biodiversidad en Colombia.
Otra de las tareas del SiB es “brindar acceso libre a información sobre la diversidad biológica del país para la construcción de una sociedad sostenible. Facilita[r] la publicación en línea de datos e información sobre biodiversidad y su acceso a una amplia variedad de audiencias” En ese sentido, el SiB Colombia es una de las entidades pioneras en la implementación de estrategias de datos abiertos en América Latina y sin duda es un referente para la región.
En 2016, iniciamos un trabajo conjunto con esta institución pensando en dos objetivos: apoyar el proceso de construcción de una política de acceso abierto para el Sistema y diseñar una estrategia de comunicaciones para sensibilizar a su comunidad sobre la política.
En relación a la política, elaboramos una serie de documentos de recomendaciones que incluyó el análisis de experiencias que se consideran referentes internacionales. Además, coordinamos tres talleres relacionados con datos abiertos e información sensible, acceso abierto y revistas científicas y licencias Creative Commons. Y para la estrategia de comunicaciones, diseñamos un conjunto de piezas de gráficas que buscaban despejar dudas para tratar de compartir un lenguaje común a la hora de hablar sobre el ecosistema de acceso abierto.
Lo interesante de esta experiencia es que reúne al menos tres escenarios importantes para quienes están trabajando en la promoción del acceso al conocimiento en América Latina. Primero, la formulación de políticas institucionales para estandarizar y mejorar prácticas que ya se vienen desarrollando dentro de una institución. Segundo, hacer de esa formulación un trabajo colaborativo, para que las políticas no lleguen a imponerse sino que se construyan en espacios de diálogo y de esta manera atiendan los vacíos, los temores y las ideas de todas las personas que finalmente van a tener que implementar la política. Y por último, reconocer la importancia de desarrollar una estrategia de comunicaciones que sensibilice a la comunidad y facilite la apropiación de la política.
Como mencioné anteriormente, además de sentar las bases para que el SiB pudiera desarrollar una política de acceso abierto, otro de los resultados de este trabajo es la publicación de la guía “Crear, Compartir, Transformar” que contiene juegos de diferencias, Gifs y cuestionarios que facilitan la comprensión y la participación en las dinámicas del acceso abierto.
Los invitamos a que conozcan los proyectos del SiB Colombia y a que utilicen la guía, pues aunque fue hecha para las personas interesadas en el acceso abierto al conocimiento sobre biodiversidad en Colombia, estamos seguras de que puede ser útil para un público mucho más amplio.
Visita: https://www.sibcolombia.net/acceso-abierto/