Por Laura Mora
La semana pasada, circuló una noticia relacionada con la solicitud que el FBI le hizo a Apple para acceder a los datos del iPhone de uno de los autores de la masacre de San Bernardino; y la negativa de la compañía para acceder a esta petición. Alrededor de esta situación se desarrollaron muchos debates, desde los tecnológicos, enfocados en la importancia del cifrado; hasta judiciales, acerca de las facultades de las autoridades. Pero ¿cómo impacta esta situación a los usuarios?
El punto es que cada vez que tenemos un evento importante, un acontecimiento familiar relevante, un triunfo profesional, una cita, un viaje, o cosas menos extraordinarias como ir en el bus, almorzar con los compañeros de trabajo, recoger a alguien en el aeropuerto … en fín a cada momento publicamos en redes sociales dónde, cuándo, con quién, y hasta cómo nos sentimos, dejando huellas para que todos en la red conozcan nuestros datos.
Estos datos, se suman a otros que por obligación se dejan en las bases de datos de las compañías cuando creamos esos mensajes, o entradas, o cuando publicamos las fotos o vídeos en nuestras cuentas o perfiles. Se trata de datos como: dónde vivimos, dónde trabajamos, cuándo nacimos, cuántos son nuestros ingresos, cuál es el número de nuestra tarjeta de crédito, entre otros tantos, que son obligatorios porque es la única manera de acceder al servicio. Con esta cantidad de información que tienen los intermediarios de internet como Movistar, Claro, Tigo, Facebook, Twitter, Snapchat, Google, Apple, ¿Qué pensarías si el Gobierno Colombiano le pide a uno de ellos, toda la información disponible sobre ti? ¿Estarías tranquilo?
Si bien la solicitud que ha hecho el FBI se centra en un caso concreto, sobre una persona vinculada a una acción criminal sí hace pensar en las múltiples solicitudes que los gobiernos pueden hacer sobre los datos de las personas usuarias de los diferentes intermediarios de internet.
Ninguna garantía para evitar errores o injusticias es menor, pues también es común ver casos de homónimos, confusiones de registros, ausencia de procedimientos claros, entre otros: ¿podría esto permitir que el gobierno pida información sobre todos? ¿podrías llegar a ser un posible sospechoso?
Aunque Apple no se está negando a brindar información al FBI sobre este usuario en particular, la ayuda que le piden debilitaría las protecciones que está construyendo para sus clientes. Su respuesta los pone de alguna manera del lado de sus miles de compradores. La semana pasada la ONG AccessNow invitó a los usuarios a decirle fuerte y claro a Obama sobre la importancia del cifrado para proteger derechos humanos como la seguridad, la intimidad y la libertad de expresión. Este 29 de febrero el juez magistrado de New York James Orenstein emitió su fallo sobre un caso similar: el gobierno no puede forzar a Apple a pasar la pantalla de inicio en el Iphone.
“La mejor manera de equilibrar esos intereses es una cuestión de importancia crítica para nuestra sociedad, y la necesidad de una respuesta se vuelve más apremiante día a día, con la marea del avance tecnológico fluyendo cada vez más lejos y más allá de los límites de lo que parecía posible hace unas pocas décadas atrás. Pero ese debate debe suceder hoy en día, y debe llevarse a cabo entre los legisladores que están equipados para tener en cuenta las realidades tecnológicas y culturales de un mundo que sus predecesores no pudieron concebir. Sería, para un juez, traicionar nuestra herencia constitucional y las peticiones de nuestro pueblo a tener una gobierno democrático pretender que nuestros fundadores ya tuvieron ese debate, y lo terminaron, en 1789” Fueron algunas de las palabras finales del juez Orenstein.
Justamente, pero visto desde otro ángulo, este es uno de los propósitos de las diferentes iniciativas de la sociedad civil que han venido haciendo seguimiento a las políticas de los intermediarios de internet para colaborar con las autoridades y entregar los datos que sí quedan registrados con ellos de nuestras comunicaciones. Es el caso del informe Who has your back? de la Electronic Frontier Foundation – EFF en Estados Unidos, ¿Quién defiende tus datos? de la organización R3D en México y otros.
La Fundación Karisma hace parte de este esfuerzo y hemos elaborado el informe ¿Dónde están mis datos? para evaluar las políticas de protección de los principales proveedores de acceso a Internet en Colombia, buscando, entre otras cosas, promover la producción y publicación de informes de transparencia por parte de estas compañías para que de esta manera se fortalezca su compromiso público con la defensa de los derechos de sus usuarias y usuarios.
El primer informe se presentó en 2015 y en este se hizo una evaluación sobre Claro, Movistar, Une, ETB y DirecTV. Los resultados dejaron una preocupación frente a la defensa de las personas usuarias de estas compañías, pues en términos generales estas empresas no consideran notificarnos cuando el gobierno, por medio de sus autoridades, solicita nuestros datos y tampoco está claro cuál es el procedimiento que usan para determinar si se entregan o no los mismos. Esperamos que el segundo informe, que será presentado a mediados de este año, arroje mejores resultados y nos permita saber exactamente dónde están nuestros datos.
Que hoy en día la intimidad de los clientes es un valor agregado y las empresas están compitiendo por protegerla parece ser una tendencia y adquiere nuevas dimensiones con el arresto del VicePresidente para América Latina de Facebook el día de hoy porque Whatsapp, recordemos que Facebook es dueña de Whatsapp, se ha negado a entregar conversaciones de un sospechoso dentro de un caso de tráfico de drogas.
Como en el caso de Apple, Whatsapp afirma que su sistema de cifrado no le permite entregar la información que Brasil exige y por tanto, alega que la sanción es desproporcianada. Aunque muchos lo afirmen la intimidad no está pasada de moda, está en nuestras manos reclamarla y defenderla.
Sino sabes muy bien que es cifrado, los Genios de Internet, nuestra famosa serie de amigos que nos cuentan cómo estar seguroa en la red, les cuentan con su versión #4, la cual estamos lanzando hoy a propósito de este caso que es cifrado, ¡Échele ojo!
*Laura Mora, politóloga. Es asistente de investigación de la Fundación Karisma.
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