Anoten mentalmente la fecha del 29 de noviembre de 2012 como la que marca un hito para el acceso abierto a la producción científica en América Latina y el Caribe.
En Buenos Aires, Argentina, 9 países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Perú y Venezuela) se reunieron el 29 de noviembre de 2012 y se comprometieron a crear una red regional para agrupar los repositorios institucionales de la región, pero además hicieron un compromiso político por la movilización de la ruta verde del Acceso Abierto dentro de sus políticas públicas y, también, por animar a otros Estados de la región a que se les unan.
Es importante rescatar que junto con el acuerdo que se comenta, los países también firmaron la adhesión de LA Referencia a la Declaración de Berlín de Acceso Abierto y por tanto su compromiso a través de esta red de trabajar por la ruta verde y apostar por su desarrollo en la región. Los países entienden que la apuesta por el acceso al conocimiento es una apuesta por el desarrollo, que significa alentar los derechos de la sociedad a aprovechar los resultados de la inversión en ciencia y sus aplicaciones y que junto con la promoción de la producción científica se debe trabajar en fortalecer la capacidad de nuestras sociedades en la gestión de ese conocimiento. Los Estados que han impulsado la iniciativa comprenden que esto no es una ruta contra los derechos de los creadores sino que es una estrategia para conciliarlos en un tema clave para mejorar la calidad de vida de las personas. Las autoridades políticas de la región saben que este compromiso es especialmente cierto cuando estamos hablando de resultados obtenidos con financiación pública.
Durante la ceremonia de firma el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Argentina, Lino Barañao, reconoció el acuerdo como un primer paso en el profundo cambio que debe encarar América Latina y El Caribe en la coordinación de políticas científicas y tecnológicas, como una necesidad para el desarrollo. Después de reflexionar sobre la evolución histórica en lo que se ha considerado el impulso para el desarrollo durante las diferentes etapas de evolución humana, es decir lo que cada sociedad ha atesorado como riqueza para la humanidad en las diferentes eras afirmó que hoy en día no es posible hablar de desarrollo sin gestión del conocimiento pues esa es la riqueza actual. Señaló incluso que la ruta que se consolidaba ese día constituía una forma de “recuperar la propiedad intelectual de los países de la región”. En un discurso sentido y “a capela” (sin libreto) se evidencia el compromiso de las autoridades argentinas, no en vano es este país el que lidera el cambio en América Latina, actualmente el congreso argentino tramita para 3er debate una ley que aterrizará a la realidad del país este marco.
El resultado más tangible de este acuerdo es que se empieza a materializar la Red regional denominada LA Referencia, que tiene por objeto facilitar la visibilidad de la producción científica y la de sus creadores, apoyada en el Acceso Abierto y que espera soportar políticas y estándares comunes en este tema en la región. El proyecto ha venido desarrollándose por más de 2 años y ha contado con los países como ejes a través de sus autoridades de ciencia, tecnología e innovación, con la financiación del BID y con la movilización de las Redes nacionales de alta velocidad (en Colombia RENATA) que están articuladas a través de RedCLARA. LA Referencia recogerá la producción científica de América Latina y el Caribe a través de nodos nacionales a los que se conectarán los diferentes repositorios.
Para la Fundación Karisma esta noticia es particularmente importante pues durante casi dos años ha estado acompañando el proyecto a través de la consultoría que para el efecto se le asignara a Carolina Botero como acompañamiento en relación con los acuerdos políticos que deberían dar marco a dicho proceso. Es nuestro deseo entonces que el nacimiento de LA Referencia y su presentación en sociedad sea el inicio de un camino colaborativo y fructífero.
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