Artículo publicado en Sentiido
En 2020 se cumplen 25 años de la Plataforma de Acción de Beijing, la hoja de ruta adoptada por 189 países para alcanzar la igualdad de género. Aún son varios los retos pendientes en cuanto a mujeres y medios de comunicación.
En septiembre de 1995, justo cuando se cumplieron cincuenta años de la fundación de las Naciones Unidas, 189 países adoptaron la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer que tuvo lugar en Beijing (China).
Después de acordar que los derechos de las mujeres son derechos humanos, los gobiernos se comprometieron a lograr la igualdad de género, lo que entre otras cosas implica garantizarles a las mujeres una vida libre de violencias. (Ver: Es feminismo: no humanismo ni “igualismo”).
La Plataforma de Beijing, que desde entonces se ha convertido en la hoja de ruta para impulsar la igualdad de las mujeres en todos los ámbitos, establece una serie de objetivos, distribuidos en 12 temas, que los países se comprometieron a cumplir. Uno de ellos está enfocado en mujeres y medios de comunicación, teniendo en cuenta que persisten los contenidos con estereotipos de género y las imágenes peyorativas de las mujeres.
EN MUCHOS CONTENIDOS SE INSISTE EN PRESENTAR A LAS MUJERES EXCLUSIVAMENTE EN ROLES TRADICIONALES O COMO CONSUMIDORAS DESAFORADAS.
Asimismo, son pocas las mujeres que han llegado a ocupar cargos directivos en medios tradicionales o que formen parte de sus juntas directivas. De hecho, un estudio realizado en 2015 por la organización Sembra Media demostró que las mujeres están aprovechando las bajas barreras que existen para crear medios digitales y de esta manera esquivar el techo de cristal de los medios tradicionales.
El Capítulo J de la Plataforma de Acción de Beijing establece dos objetivos estratégicos en cuanto a mujeres y medios:
1. Aumentar la participación y el acceso de las mujeres a los espacios de toma de decisiones, de debate y de exposición de ideas de los medios de comunicación y a las nuevas tecnologías de la información.
2. Promover una imagen de las mujeres libre de estereotipos.
Al cumplirse 25 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing que Colombia suscribió, vale la pena preguntarse en qué se ha avanzado y qué falta respecto a mujeres y medios de comunicación, una de las esferas en las que más retos persisten.
ENTRE EL 9 Y EL 20 DE MARZO DE 2020 TENDRÁ LUGAR LA 64 REUNIÓN DE LA COMMISSION ON THE STATUS OF WOMEN (CSW) EN NUEVA YORK.
Dos momentos clave para hacer dicho balance son los foros “Generación Igualdad” celebrados por iniciativa de la sociedad civil y coordinados por ONU Mujeres. El primero será en Ciudad de México entre el 7 y 8 de mayo y el segundo en París entre el 7 y 10 de julio.
Las Coaliciones para la Acción que se presentarán en estos espacios eligieron seis temas clave en los que enfocarán sus energías para diseñar una agenda feminista 25 años después de Beijing:
1. Violencia de género.
2. Justicia y derechos económicos.
3. Autonomía física y derechos sexuales y reproductivos.
4. Acción feminista a favor de la justicia climática.
5. Tecnología e innovación para la igualdad de género.
6. Movimientos y liderazgo feministas.
Aunque los seis son temas importantes, faltó incluir “mujeres y medios”. Además de ser necesario trabajar con más ímpetu en disminuir los estereotipos sexistas en los contenidos -teniendo en cuenta sus repercusiones en prejuicios e imaginarios- es urgente garantizarles a las mujeres un mayor acceso y participación en las industrias de medios y tecnologías de la información.
También hay otros retos clave:
1. Amenazas a la libertad de expresión: “La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha dicho que las mujeres periodistas enfrentan un riesgo adicional en el ejercicio de su oficio, mayor vulnerabilidad frente a otras agresiones y dificultades para el acceso y posicionamiento de su rol periodístico”, señala el informe Callar y fingir: la censura de siempre, de 2019, de la Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia.
Esto, producto de las violencias presenciales y digitales que viven y que incluyen los discursos de odio, el acoso sexual, el acoso judicial y la intimidación y el abuso de poder por parte de fuentes y jefes. La violencia contra ellas es más frecuente cuando abordan derechos de las mujeres o de las personas LGBTI o denuncian hechos de sexismo y machismo. (Ver: Acoso sexual: lo que se dice vs. lo que es).
“LAS MUJERES PERIODISTAS ENFRENTAN UN RIESGO ADICIONAL PARA EL EJERCICIO DE SU OFICIO RESPECTO DE SUS PARES HOMBRES”, FLIP.
2. Faltan políticas, leyes y regulaciones en género y comunicaciones: Es necesario adoptar más políticas y leyes, así como medidas de autorregulación para erradicar los contenidos sexistas, estereotipados y discriminatorios en los medios de comunicación. También es fundamental que se cumpla con la regulación ya existente al respecto.
3. Mayor acceso de mujeres indígenas y afro a medios de comunicación: Es imperativo garantizarles a las mujeres indígenas y afro el acceso seguro y libre a las tecnología de la información y a los medios de comunicación apropiados para producir y divulgar información y conocimiento que fortalezcan sus dinámicas culturales, políticas y sociales.
FALTA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LOS PROGRAMAS DE PREGRADO Y POSGRADO DE LAS CARRERAS DE COMUNICACIÓN SOCIAL Y PERIODISMO.
4. Mayor acceso de niñas y mujeres a tecnologías de la información y de comunicación como inteligencia artificial y Big Data: Solamente la brecha digital entre hombres y mujeres, al menos en Colombia, es evidente. Según la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer mientras el 70 por ciento de los hombres acceden regularmente a Internet, solo el 56 por ciento de las mujeres lo hace.
El paso a seguir es que los 189 países que adoptaron la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing demuestren que 25 años después mantienen firme su compromiso por garantizar los derechos de las mujeres, hecho que debe evidenciarse en fijar la igualdad de género de manera clara y precisa en sus rutas de acción (incluido mujeres y medios de comunicación) y en aumentar los recursos destinados a este objetivo.