¡Cordial saludo!
Karisma cumplió 20 años de existencia el año pasado, y yo he sido parte de su historia por los últimos 14, 10 de ellos como directora. Llegó la hora de pasar esa página. En 2023 anuncié a la Asamblea y a la Junta de Karisma mi decisión de dejar el cargo y por tanto mi disposición para trabajar en una transición. Después de un año de avanzar en el proceso, el pasado 24 de enero, la Junta Directiva eligió a Catalina Moreno y Juan Diego Castañeda como codirectores.
A partir del 31 de enero dejaré de ser la directora ejecutiva de la Fundación Karisma para pasar a ser Asesora de la Dirección y en unos meses migrar a la Junta Directiva. Que esta carta sirva para dar la bienvenida a Catalina y Juan Diego, estoy segura de que la organización queda en las mejores manos. me enorgullece también que este proceso sirva para fortalecer nuevos liderazgos en un sector que requiere más voces y diversidad de miradas.
Tomar la decisión de dejar el cargo de directora de Karisma no fue fácil, pero estoy tranquila y contenta. Si bien soy una de las fundadoras de Karisma, su creación e inicios estuvo a cargo, sobre todo, de mi padre, Héctor Botero, quien me ha acompañado y guiado desde que en 2014 iniciamos la transición para que yo lo sustituyera y cambiara la misión de la organización hacia una de derechos digitales. Me propuse que crecería y que le daría voz regional e internacional. En 2024 me retiro del cargo directivo dejando una organización más grande y con presencia donde me lo propuse. Karisma es hoy una entidad fuerte, resiliente y sostenida por un increíble equipo humano.
Me gustaría agregar a esta reflexión que mi decisión también se relaciona con que estoy convencida de los valores democráticos, y por tanto creo en la alternancia del poder. Creo en el poder del cambio y por eso entiendo que el recambio de liderazgo es positivo y necesario. Creo que tomé la decisión correcta en un buen momento con la certeza de que Karisma seguirá avanzando en la idea de que la tecnología sirva para la justicia social poniendo en el corazón el ejercicio de los derechos humanos.
Ser la directora de Karisma ha sido uno de los capítulos más importantes de mi vida, ha sido un gran honor estar en esta posición. Recibí una pequeña organización local con un mandato centrado en la educación mediada por tecnología y entrego una que con seriedad, solvencia y credibilidad es una voz referente en el espacio público de los derechos digitales que ha logrado impactos y conseguido cambios en la vida de muchas personas.
Durante estos años Karisma ha recibido el apoyo y confianza de financiadores, entidades aliadas y amigas, también mucho respeto y escucha de parte de las y los contradictores, especialmente del Estado. Agradezco a todas las personas dentro de las organizaciones que nos financiaron y que han sido parte de este viaje. A, las empresas y entidades públicas con las que hemos entrado en contacto, a las organizaciones aliadas y amigas colombianas, latinoamericanas e internacionales por su acompañamiento y capacidad de diálogo. Ha sido un camino muy interesante, lleno de satisfacciones, desafíos y lecciones, incluídas las que obtuve de los errores que cometí y que atesoro como importantes aprendizajes.
Han sido muchos los temas que he abordado en estos años, mi experiencia empezó en el acceso al conocimiento y la ciencia abierta, pero he tenido el desafío de ampliar el alcance del trabajo de Karisma a otros derechos como el de la privacidad y la libertad de expresión. Empezamos a hablar de autonomía, dignidad, participación, seguridad, conectividad, inclusión más allá de la infraestructura y trabajar para llevar nuestra voz a foros internacionales como la OECD (desde el comité de sociedad civil CSISAC) o la ONU (especialmente Unesco y OMPI, pero más recientemente en temas de ciberseguridad y cibercrimen también). También creamos un fabuloso laboratorio de seguridad digital y privacidad, K+Lab. Hablar de todo esto sería muy largo, por lo que solo agregaré que recientemente la pandemia de 2020 y 2021, y las protestas de 2019 a 2021 fueron experiencias que me marcaron.
Finalmente, el éxito de Karisma igualmente tiene que ver con el acompañamiento y entusiasmo de cada una de las personas que han hecho parte de la Junta Directiva, de quienes están en la Asamblea y de las que han trabajado allí durante estos tres lustros, pero sobre todo de quienes ocupan esas posiciones hoy y han apoyado durante el último año el proceso de transición. Un reconocimiento especial a Juan Diego Castañeda que aceptó liderar un piloto para evaluar la resiliencia de la organización durante los últimos meses y al maravilloso equipo que lo acompañará a él y a Catalina a partir de ahora.
La organización que nació con el siglo está lista para seguir incidiendo en política pública, priorizando la perspectiva de género, aprendiendo y apoyando a otras organizaciones; buscando espacios para combatir la discriminación; abogando por el interés público allí donde se da la intersección entre tecnología y derechos: y para seguir dialogando y construyendo espacios de conversación con los diferentes sectores, social, privado y público. Yo paso a ser asesora de la dirección y desde allí acompañaré por un tiempo el resto del proceso en articulación con la Junta.
Aunque los cambios de liderazgo traen algo de incertidumbre ésta no debe confundirse con preocupación. Karisma queda en las mejores manos en la codirección de Juan Diego Castañeda y Maria Catalina Moreno, cuenta con una sólida estructura organizacional, tiene un equipo impresionante y yo, aunque estaré tomando otros rumbos, mantendré lazos con su destino mientras advierto que también yo estoy lista para asumir nuevos desafíos.
En carolina.botero@karisma.org.co, ahora como asesora de la dirección, seguiré la conversación y el trabajo de Karisma y del mundo en el que se mueve. Seguiremos encontrándonos en el camino.
Carolina Botero
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