Por Amalia Toledo
Casi el 90% de las personas tienen al menos un sesgo contra la mujer en relación con algún aspecto de política, economía, educación, violencia o derechos reproductivos. Así se recoge el primer Índice de Normas Sociales de Género realizado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el que se analizaron datos de 75 países que, en conjunto, representan más del 80% de la población mundial.
Encontrarse con esta información en el 2020 –y otra igual o más impactante como que el 28 por ciento de las personas creen que está justificado que un hombre le pegue a su esposa– se siente como un balde de agua fría, como si no hubiésemos avanzado un ápice. Y es que el problema de la desigualdad de género, como atinadamente concluye el informe, no está en el llamado techo de cristal, sino la prevalencia de los sesgos y prejuicios contra las mujeres.
Los sesgos de género son, sin lugar a dudas, los mayores inhibidores de oportunidades para niñas y mujeres. Las acciones que se han tomado hasta ahora no parece que hayan hecho mucho para transformar normas sociales que siguen considerando a las mujeres y niñas como inferiores a los hombres.
Ha habido avances en los derechos de las mujeres. Ni más faltaba. ¡El medioevo está superado! O eso creemos, porque escuchar a algunos líderes políticos, religiosos, empresariales o de cualquier otro sector económico, social o cultural, nos recuerda que parece que ese periodo histórico sigue estando en el ADN de nuestras sociedades. Bueno, el análisis del PNUD sirve justamente para recordarnos que falta mucho para que exista igualdad de género. Necesitamos acciones que hagan cambios sistémicos en todas las esferas de la vida: familiar, escolar, religiosa, cultural y hasta en los medios de comunicación.
Este año se cumplen 25 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing de 1995, uno de los programas globales más ambiciosos sobre los derechos de las mujeres y las niñas. Este año se examinan los problemas actuales que afectan la aplicación de la Plataforma de Acción y los logros alcanzados en las 12 esferas de preocupaciones definidas hace un cuarto de siglo. Este año nos unimos a la Red Colombiana de Periodistas con Visión de Género, Sentiido, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLiP) y Colnodo para destacar el capítulo de la Plataforma sobre mujeres y medios de difusión. Este año buscamos hacer un balance sobre los avances y lo que aún falta para tener medios de comunicación incluyentes y una mejor representación de las mujeres y otras diversidades en los medios colombianos. Buscamos pedirle rendición de cuenta al gobierno sobre sus acciones para avanzar en este tema.
Estamos convencidas que los sesgos de género también se disputan en las prácticas y representaciones que comunican los medios. Generar transformaciones en este sector, quizá nos ayude a superar el medioevo y entrar con fuerza al siglo XXI en lo que a la igualdad de género se refiere.
Síganos en redes para conocer más datos sobre este tema, así como las diferentes acciones que estaremos promoviendo este mes de marzo y abril.