En la primera semana de noviembre del 2024 nos embarcamos en un viaje para participar en los foros de gobernanza de internet: Youth LACIGF y LACIGF en Santiago de Chile. Allí conocimos a personas de toda América Latina y el Caribe unidas por un mismo objetivo: construir un futuro digital donde los derechos de todas las personas sean garantizados sin excepción.
Desde Fundación Karisma, trabajamos y promovemos los derechos digitales para que la gobernanza de internet sea un espacio de diálogo y cooperación, donde se respeten las diversas identidades y se fomente la participación ciudadana.
Como sociedad civil, consideramos fundamental participar en los espacios organizados para discutir la Gobernanza de Internet, y así enriquecer las discusiones y compartir nuestras experiencias, aprendizajes y propuestas. Creemos que estos encuentros son esenciales para escuchar de cerca las voces de todas las personas conectadas con esta causa, conocer sus desafíos y sus logros. Reconocemos la importancia de estos espacios para construir alianzas y agendas de trabajo colaborativo que nos permitan incidir en las políticas públicas locales y en las prácticas de las plataformas, siempre con el objetivo de garantizar los derechos en el entorno digital.
Esta experiencia fue invaluable. Nos permitió observar el panorama político y regulatorio de la región, identificar las principales tendencias y los desafíos emergentes. Y, lo más importante, nos brindó herramientas para fortalecer nuestros lazos para trabajar de manera coordinada por un internet en el que todas las personas puedan participar de manera segura.
En esta entrada web te compartimos algunas conclusiones, reflexiones y memorias del foro desde la perspectiva del equipo que estuvo en Santiago.
“Está en nosotras hacer de internet un significante que refleje nuestra mejor versión como sociedad o lo que aspiramos a ser”
Edda.
Muchas veces he pensado en internet como un medio para comunicarme, acceder a información, conectarme con personas y causas, ver memes y reels, crear contenido y, por qué no, hacer incidencia.
Tras ser una consumidora dependiente, entendí internet como un lugar no neutral. Hoy es una vasta geografía abstracta, llena de capas que revelan su dualidad, con ventajas y desafíos. Aquí se reproducen y, algunas veces, se amplifican las violencias ya ejercidas fuera de lo digital, sin garantías de acción para mitigar del todo sus efectos. En un espacio ambigüo, con fronteras que se abren y se cierran según nacionalidades, género y edad. Es un espejo de lo que ya somos fuera de internet.
En el Foro, comprendí que internet es la suma de las personas que la hacen posible, la resisten, la investigan, la monetizan, la anhelan, la usan… Peeeero, también, es el acumulado de las ausencias, los vacíos, las conversaciones que no se dan, “de lo que no se habla”.
En ese sentido, está en nosotras hacer de internet un significante que refleje nuestra mejor versión como sociedad o lo que aspiramos a ser. Y, para ello, hemos de volver al principio: trabajo en red, escucharnos, empatizar y, sobre todo, tener claro a dónde queremos llegar.
“Me llenó de esperanza escuchar sobre la importancia de las redes comunitarias, que en muchos casos ofrecen una solución única al permitir a las comunidades gestionar su propia conectividad.”
Nicolás.
Es difícil no sentir una mezcla de nerviosismo y una profunda gratitud por esta oportunidad de participar en la gobernanza de internet. Los días del Foro estuvieron repletos de aprendizajes y reflexiones profundas. Sin embargo, en esta ocasión me centraré en un aspecto que considero crucial debido a su estrecha relación con la protección de nuestra biodiversidad.
La limitada conectividad a internet en las zonas rurales de América Latina y el Caribe fue un tema que se abordó en varias de las conversaciones del Foro. Esta problemática restringe severamente las oportunidades educativas entre otras de los jóvenes rurales, lo que ha obligado a muchos a migrar a las ciudades en busca de “mejores oportunidades”. Esta dinámica, infelizmente, debilita el tejido social de las comunidades rurales, las cuales poseen saberes y conocimientos fundamentales para la agricultura y la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad.
Una de las conclusiones más relevantes es que la conectividad a internet, aunque no garantiza por sí sola una alfabetización digital adecuada para hacer frente a los retos de protección ambiental en todas las regiones, sí tiene un papel crucial para que las comunidades que habitan los territorios tengan mejores garantías de vida y, a su vez, puedan defender sus territorios. Desafortunadamente existen grandes desafíos para garantizar una cobertura universal en muchas zonas de América Latina y el Caribe.
En el Foro, se discutieron numerosas propuestas para abordar esta problemática: la inversión en infraestructura a través de alianzas público-privadas, el fortalecimiento de las habilidades digitales de los docentes que trabajan en zonas de difícil acceso, la promoción del uso de tecnologías apropiadas para la diversidad de contextos de nuestra región, entre otras. Sin embargo, hubo algo que particularmente me llenó de esperanza: escuchar sobre la importancia de las redes comunitarias, estas en muchos casos ofrecen una solución única al permitir a las comunidades gestionar su propia conectividad.
Una gran conclusión que me queda es la convicción de que el trabajo colaborativo es fundamental. Debemos unir fuerzas para garantizar el acceso a dispositivos tecnológicos y a servicios de internet de calidad, para que todas las personas, en cualquier rincón de nuestra región, puedan construir un futuro próspero y sostenible. La tecnología no es un lujo, sino un derecho que nos permitirá preservar nuestra diversidad y construir un mundo en el todos podamos habitar.
“La tecnología es un facilitador evidente para el acceso a la información y la defensa de los derechos humanos”
Camila.
Estuvimos en Chile en dos eventos: el Youth LACIGF y LACIGF. Debo decir que llegamos con las maletas cargadas de ideas, discusiones y cuestionamientos, como país, frente al enfoque que queremos darle a cada uno de los temas en los que trabajamos como organización. Además, aterrizamos con una idea en la cabeza ¿cómo podemos aumentar la discusión sobre gobernanza de internet en nuestra región?
Colombia comparte desafíos comunes con los demás países de la región, lo que nos invita a reflexionar sobre la necesidad de consolidar la tecnología como una herramienta clave para el acceso a la información y la defensa de los derechos humanos. Las organizaciones de la sociedad civil compartimos preocupaciones comunes, como las brechas que limitan este acceso. Superarlas requiere la participación activa de la sociedad, ya que solo así podremos garantizar que internet sea una herramienta eficiente, atractiva y útil para todas las personas. Aunque este desafío es complejo, es un paso esencial para avanzar en la inclusión digital.
Fueron muy interesantes las discusiones alrededor de la accesibilidad versus el respeto por la diferencia, la protección de las interseccionalidades y la multiculturalidad que habita en nuestra región. En mí taambién calaron las discusiones sobre cómo las comunidades pueden usar el internet como forma de dar a conocer su cultura, sin embargo es desalentador que por el mal manejo se terminen fracturando y afectando sus costumbres.
Finalmente, es fundamental destacar la importancia de abordar la gobernanza de Internet en espacios que garanticen la participación de todos los actores del ecosistema digital. Temas como el sexting seguro y la violencia de género digital deben mantenerse en las agendas y discusiones sobre Internet porque reflejan las transformaciones que el ecosistema en la medida en la que aumenta el acceso y se complejizan las relaciones humanas en entornos digitales. Así como cambian las interacciones, los entornos y el acceso, deben cambiar y adaptarse las discusiones sobre la garantía de los derechos humanos en internet.
Los desafíos que enfrenta la gobernanza de internet en América Latina y el Caribe son tan diversos como complejos. Sin embargo, este escenario no debe ser paralizante, al contrario, tiene el poder de potenciar nuestra creatividad para construir un futuro digital que esté diseñado para atender nuestras propias necesidades y realidades. Si bien los modelos en materia de regulación de otras geografías pueden ser modelos de referencia, tenemos una gran oportunidad para definir nuestro propio destino digital.
Es vital para el buen desarrollo de estos diálogos, la participación activa de todos los actores involucrados: gobiernos, empresas, organizaciones de la sociedad civil, universidades y cada persona desde su lugar de acción. La construcción de un internet que nos represente es una tarea colectiva.
Extendemos nuestro más sincero agradecimiento al comité organizador y a todas las personas que hicieron posible esos dos eventos, tan cruciales para nuestra región. Muchas gracias por tan arduo trabajo. Desde Karisma seguiremos buscando los mecanismos para contribuir en la construcción de un internet en el que se garanticen los derechos humanos y que sirva para la construcción de justicia social.
Acompáñanos en @Karisma en X, Fundación Karisma en Facebook y YouTube, y @karismacol en Instagram y Tik Tok.
Si por algún motivo esta entrada no es accesible para tí, por favor escríbenos a comunicaciones@karisma.org.co y haremos los ajustes que estén a nuestro alcance para que puedas acceder al contenido.
Indícanos el título del contenido en el asunto del correo, por ejemplo: Crónicas de un encuentro regional: tejiendo un futuro digital inclusivo y participativo para América Latina y el Caribe.
Es fundamental poner el tema en la agenda y nutrir la conversación. ¿Trabajas en un medio de comunicación? Escríbenos a comunicaciones@karisma.org.co