En 2024, la COP, el principal foro de negociación del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU, celebró su 16ª edición en Cali. Representantes de 196 países y más de 1,400 entidades y organizaciones se reunieron en una agenda político-académica para debatir soluciones que permitan conservar la biodiversidad, usar sus recursos de manera sostenible y compartir equitativamente los beneficios derivados de los recursos genéticos, en respuesta a los problemas críticos que enfrenta el planeta.
Desde Karisma, nos unimos a la COP con una misión clara: presentar nuestra Canoa Salvavidas para Navegar por Internet, una guía llena de consejos de seguridad digital para personas defensoras del medio ambiente. La cumbre nos ofreció un espacio único para compartir estos recursos con quienes dedican sus vidas a la protección del medio ambiente, a pesar de las múltiples amenazas y riesgos que enfrentan. Logramos extender nuestro mensaje a ambientalistas de Colombia y diversas partes del mundo, insistiendo en que “La seguridad digital protege la vida”.
La COP16 no solo fue un espacio para compartir, sino también de aprendizaje para nuestro equipo. Lina Palacios, investigadora de la línea de Participación, y Catalina Moreno, codirectora de Fundación Karisma, comparten algunas reflexiones y aprendizajes sobre los puntos de encuentro entre tecnología, defensa de la biodiversidad y derechos humanos.
El cuidado en el centro de la defensa del medio ambiente: reflexiones de Catalina
Uno de los mayores aprendizajes proviene de la escucha activa de las personas que defienden el medio ambiente en los territorios. Desde Bogotá solemos determinar los problemas y, posteriormente, diseñar soluciones de política pública. Usualmente dejamos de lado la experiencia de quienes viven en pie de lucha diariamente.
Una de esas soluciones que llamó mi atención fue la apertura de los sistemas de datos ambientales en el SIAG. Esta propuesta busca democratizar los datos disponibles para que todas las personas podamos conocer qué recursos naturales existen, cómo están cambiando y así ejercer nuestros derechos. Sin embargo, al proponer que las comunidades sumaran sus propios datos, no se tuvo en cuenta el recelo que estas podrían sentir al entregar la información que con tanto esfuerzo han recopilado, así como los posibles retos éticos y epistémicos.
Muchas de las personas que han dedicado sus vidas a defender el medio ambiente han realizado sus propias mediciones del entorno, categorizado datos y registrado cambios frente a proyectos mineros o de extracción. Muchas de ellas, pertenecientes a pueblos indígenas, han recolectado conocimiento ancestral, fruto de años de trabajo.
Sin duda, se trata de una propuesta loable: contar con más datos para mejorar la protección del territorio. El reto por resolver es, entonces, cómo garantizar que los datos de las comunidades no se integren a ese catálogo más amplio sin consentimiento. Es fundamental establecer un diálogo real con las comunidades para asegurar que sus datos no serán usados para tomar decisiones sobre sus territorios sin contar con su perspectiva. Es crucial evitar que este esfuerzo se convierta en una nueva forma de extracción, sumándose a las de sus recursos naturales.
Otro tema que me marcó en este evento fue la dimensión del cuidado que atraviesa la defensa del medio ambiente. La mayoría de las personas que conocí son mujeres de pueblos étnicos y campesinas que, además de asumir labores de cuidado en sus familias, han decidido dedicarse al cuidado del medio ambiente que nos beneficia a todas. Estas mujeres enfrentan jornadas dobles y triples de trabajo en una lucha que, quienes vivimos en el centro del país, difícilmente percibimos. Además, lo hacen bajo una sensación de soledad que resulta desgarradora.
La justicia y la protección del derecho a la protesta en la era digital: reflexiones de Lina
De forma paralela a la COP16, se realizó en Cali el tercer Encuentro de la Red Global contra la Violencia Policial, llamado Acople y organizado por Temblores ONG. Este evento reunió a organizaciones de diferentes países para compartir experiencias.
Desde Karisma, participamos en una charla sobre litigio estratégico y las oportunidades de articulación que este ofrece. Como parte de nuestros aprendizajes, expusimos el proceso detrás del litigio que resultó en la sentencia T-372 de 2023. Esta reconoció la vulneración de derechos fundamentales cometida por el Estado colombiano durante los cortes de internet en Cali, en mayo de 2021, en el marco del Paro Nacional.Acople concluyó con la firma de la Declaración de San Antonio, que recogió exigencias y necesidades relacionadas con el ejercicio del derecho a la protesta social y otros derechos cívicos. El punto 4 de la declaración destaca la necesidad de un marco regulatorio y una implementación con enfoque en derechos humanos por parte de las entidades de seguridad del Estado.
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